La cebolla proviene de una planta herbácea con hojas alargadas que comienzan de un tallo bulboso, el cual se desarrolla bajo tierra. La planta crece a partir de un bulbo carnoso con hojas envolventes y largas que dan origen a las variedades blancas, moradas o amarillas. El tallo es muy pequeño, alcanzando solo unos cuantos centímetros de longitud.
El bulbo (la parte comestible), está formado por una gran cantidad de capas gruesas y carnosas al interior, recubiertas de membranas secas, delgadas y transparentes, que son la base de las hojas. Para cosechar las cebollas, si el terreno es ligero, es posible usar las manos, en cambio, en suelos mas compactos se utiliza azadón o cosechadoras.
Este vegetal se utiliza principalmente para consumo humano como alimento fresco, seco, congelado, enlatado y encurtido. Siempre que estén secos y adecuadamente empacados, sus bulbos se pueden almacenar y transportar a grandes distancias sin riesgo de deterioro.
Producción de cebolla en México
En México existe disponibilidad de cultivo de cebolla casi todo el año, pues son veinticuatro las entidades del país que la cultivan.
La cebolla es la tercera hortaliza que más se produce en México, sin embargo, en 2019 bajó 45 mil toneladas el volumen de producción con relación al año anterior, efecto de un descenso de 4.7% en la superficie sembrada y cosechada.
De los 10 estados que cultivan cebolla, la producción en Chihuahua representa un 23% de la producción en México, cuyo importe por la venta de la cosecha fue de 2 mil 880 millones de pesos.
Factores asociados a la estacionalidad en el consumo y disponibilidad de las cosechas en el país, configuran un comercio exterior de la hortaliza en el cual se exportan en promedio 401 mil toneladas anuales y se importan 90 mil.
Es con Estados Unidos con quien se efectúa el principal intercambio comercial de cebolla, pues durante 2019 las exportaciones a este alcanzaron 338 mil toneladas, mientras que se importaron del mismo 130 mil.