Además de servir como sostén para las plantas, el suelo es fuente de nutrientes indispensables para el crecimiento y desarrollo de las plantas.
En suelos con buena fertilidad las raíces encuentran con facilidad los elementos nutritivos presentes en el suelo.
El suelo no es una fuente inagotable de nutrientes para las plantas, en suelos que se produce un único cultivo por varios años, se disminuye la cantidad de nutrientes. Es adecuado cuando se realiza una producción intensiva agregar nutrientes al suelo a través de fertilizantes.
EL agotamiento del suelo provoca una disminución de los rendimientos, deficiencias nutricionales, disminución de la actividad microbiana, perdida de la estructura del suelo.
Para evitar el agotamiento del suelo es recomendable realizar las siguientes practicas
Mantener un buen nivel de materia orgánica agregando abonos verdes, extractos húmicos y fúlvicos y evitando el uso excesivo de fertilizantes.
Aporte fraccionado de fertilizantes según las necesidades del cultivo.
Uso racional de agroquímicos con residualidad para evitar dañar la vida microbiana benéfica del suelo.
De ser posible rotación de cultivos, hacer manejo integrado de plagas y enfermedades incorporando herramientas que permitan disminuir el uso indiscriminado de agroquímicos nocivos para el medio ambiente.