Aphidius ervi es un himenóptero originario de Europa, pero con distribución cosmopolita. Es parásito de diversas especies de áfidos, especialmente eficaz en el control de Macrosiphum euphorbiae y de Aulacorthum solani.
Plaga sobre la que actúa Aphidius ervi
Aphidius ervi actúa principalmente sobre pulgones, en específico sobre Macrosiphum euphorbiae y Aulacorthum solani.
Morfología
El adulto de A. ervi es muy similar a Aphidius colemani, pero de un tamaño dos veces más grande, por lo cual, le resulta más fácil parasitar áfidos de mayor tamaño. Su cuerpo es de color oscuro y delgado y mide aproximadamente de 4 a 5 mm de longitud. Presenta antenas largas de alrededor de 14 artejos y unas patas alargadas.
Ciclo biológico de Aphidius ervi
El ciclo biológico de A. ervi depende en gran medida de la temperatura, siendo de 26 días a 14ºC, de 13.5 días a 20ºC y de 12 días a 24ºC. La actividad y, por tanto, la eficacia de este insecto va a disminuir cuando la temperatura sobrepasa los 30°C, sin embargo, a temperaturas relativamente bajas, el parásito sigue activo.
El comportamiento de la hembra durante la puesta es típico de los Aphidiidae. Una vez que detecta una colonia de áfidos, los palpa con sus antenas para examinarlos. Si el áfido es de tamaño adecuado y no está parasitado, el parásito curva el abdomen por debajo de su cuerpo y atraviesa el áfido con su ovipositor, poniendo un huevo en su interior. A.ervi parasita áfidos adultos y ninfas. Una hembra puede llegar a poner hasta 350 huevos. Antes de que la larva termine su desarrollo, se forma la momia de la cual emerge un nuevo adulto cuya duración de vida disminuye conforme aumenta la temperatura, así mientras que a 14ºC es de unos 26 días, a 23ºC es de 12 días.
Durante el estado de huevo, el áfido consume más savia y excreta más melaza, además de seguir produciendo descendientes. Posteriormente, el huevo eclosiona, y la larva que emerge comienza a alimentarse dentro del hospedante, pasando por cuatro estadios hasta que finalmente consume al áfido.
En caso de presencia parásita en una colonia de áfidos, éstos pueden secretar «feromonas de alarma» que avisan a toda la población. Al recibir esta señal, los áfidos a menudo abandonan la hoja o se dejan caer hasta el suelo. Debido a este modo de actuación de los pulgones, A.ervi ocasiona de forma indirecta una importante mortalidad en las colonias.