El durazno es un fruto forma globosa, con un diámetro de 5 a 8 cm, es de color amarillento con tonalidades rojizas y anaranjadas, y un surco longitudinal mas o menos marcado.
El árbol de este fruto es de altura moderada y presenta unas raíces muy profundas. Existen alrededor de 300 variedades de esta especie las cuales se han agrupado en cinco razas, cada una de ellas con características distintas. Existen variedades que producen frutos de hueso fácil de separar y pegada a la pulpa.
El fruto del durazno es originario de China donde era considerado como un símbolo de inmortalidad, pero en el año 1600 fue traído a México por los españoles para poder iniciar su producción en América.
Producción de durazno en México
La disponibilidad de este fruto en México varía según el estado; en el Estado de México la mayor producción se lleva a cabo en marzo, mientras que de agosto a diciembre hay mayor producción en Chihuahua, Michoacán y Puebla.
En 2019, el valor de producción de este fruto aumentó, sin embargo, en comparación con el año anterior, indicadores productivos como la superficie sembrada, cosecha y el volumen de producción, disminuyeron 1.2, 1.4 y 1.1%, respectivamente.
Michoacán es líder en producción de durazno en México, sin embargo, los agricultores de Chihuahua, en 2019, lograron colocar la cosecha en casi 16 mil pesos la tonelada, precio 54% mayor que el cotizado en el 2018, generando para este estado, una ganancia de 377 millones de pesos.
Debido a la caída de la producción del durazno, México no ha logrado recuperar el volumen de cosecha del fruto, lo que lo lleva la compra de excedentes en otros países. Se importaron alrededor de 34 mil 486 toneladas con una erogación de 48 millones 465 mil dólares.