Como concepto, la adopción es un conjunto de fases sucesivas en las decisiones de los individuos para acordar si aceptan o rechazan una innovación (Gatignon y Robertson, 1991). Para Rogers (1962) son las etapas mentales por las que pasa un individuo en sus reflexiones, desde que conoce la existencia de una innovación hasta que decide adoptarla.
La adopción es un proceso simple, a pesar de los diferentes tipos de innovaciones, de adoptantes dispuestos y tiempo que pueden emplear para decidir si aceptan o rechazan una innovación (Lidner, 1987); comprende dos aspectos fundamentales: el riesgo en la elección y la adquisición de conocimiento.
El riesgo que implica la determinación de adoptar, disminuye a medida que aumenta el conocimiento. La decisión, por tanto, depende del conocimiento de los distintos parámetros que la condicionan. Comprende un proceso de aprendizaje evolutivo que incluye la obtención de información y, a continuación, su incorporación y relación con los conocimientos de los adoptantes disponibles o el convencimiento que surge cuando se va desarrollando una innovación.
Con el tiempo, varían las creencias que cambian la percepción sobre la tecnología y modifican las intenciones sobre la adopción (Panell et al., 2006).