La planta de la coliflor pertenece a la familia de las Crucíferas. Presenta un sistema radicular muy profundo, pudiendo extenderse hasta 1.10 m. La parte comestible de la planta se forma en el área terminal del tallo y está conformada por una masa de flores abortivas con tallo corto y carnoso.
Esta hortaliza por lo general es de color blanco a crema, es rico en vitaminas C y B6, además de minerales necesarios para la salud como el potasio, el calcio y el fósforo.
La coliflor es un cultivo exigente respecto a las condiciones del suelo, ya que necesita una buena fertilidad y un gran aporte de nitrógeno y agua. Se desarrolla mejor en suelos porosos, no encharcados, pero que al mismo tiempo tengan capacidad de retener humedad.
Esta inflorescencia es un cultivo muy antiguo procedente de Asia. Es una hortaliza fundamentalmente de invierno, de sabor muy característico. Se puede consumir de múltiples maneras, ya sea cruda o cocinada. También pueden hacerse conservas en aceite, en salmuera y como encurtido en vinagre.
Producción de coliflor en México
Guanajuato es el principal productor de coliflor en el país, por esta razón, este mismo determina la producción anual en abril (14%) y agosto a octubre (34%).
La coliflor es la tercera hortaliza que más incrementó su producción de 2018 a 2019 en México, aumentando alrededor de 6% gracias al crecimiento de la superficie sembrada y cosechada. En 2019, Guanajuato obtuvo una derrama de más de 173 millones de pesos.
Anualmente, la coliflor genera una ganancia de alrededor de 60 millones de dólares de venta internacional. La cobertura geográfica de venta de este cultivo abarca 10 países, siendo Estados Unidos el cliente principal.