La avena forrajera proviene de una planta herbácea perteneciente a la familia de las gramíneas. Presenta raíces profundas y abundantes, y tallos gruesos y rectos. Las hojas son de forma plana y alargada, son de color verde oscuro, de textura áspera, con su limbo estrecho y nervadura paralela, bastante marcada.
Toda la planta, incluidos los granos, son aprovechados para la comercialización. La cosecha se realiza por medio de segadora mecánica o de manera manual en etapas de madurez fisiológica antes de que a planta esté demasiado seca. Es un excelente forraje para caballos, mulas y ganado vacuno y ovino.
Además, la avena es una especie preponderantemente autofecunda por lo que los agricultores pueden cosechar su propia semilla durante varias generaciones, siempre y cuando se eliminen las plantas fuera de tipo y se tomen los cuidados necesarios para evitar mezclas mecánicas.
Producción de avena forrajera en México
El forraje es uno de los cultivos con mayor producción en México con alrededor de 10 millones de toneladas, de las cuales dos terceras partes son producidas por Chihuahua, Durango, Zacatecas y el Estado de México. Sin embargo, Chihuahua aporta el 29% de cosecha nacional, siendo el ingreso aproximado anual de 493 millones de pesos.
En México, todos los meses se reporta un porcentaje de cosecha de forraje, sin embrago en el mes de noviembre es cuando se obtiene la mayor parte de la producción.
La exportación de este cultivo es poco significativa ya que la magnitud del volumen de cosecha nacional permite cubrir la demanda que efectúan las ganaderías para la alimentación de hatos y rebaños.
La compra-venta transfronteriza del forraje se circunscribe con Norteamérica; en términos monetarios ese flujo monetizó más de 588 mil dólares, con un saldo favorable para México.